En julio de 1970 hice un viaje por Europa. Pasé por Bélgica y en el Museo de Bellas Artes de Bruselas me llamó la atención un cuadro de Jacob Jordaens: «La alegoría de la Fertilidad». ¡Qué contraste con la pintura española! esas gentes debían tener una cultura más lúdica. El culo del personaje central como una manzana, ¡qué hermosura!""¿Era eso lo que combatían los tercios de Flandes? Me pareció que los personajes habían sido «fotografiados» posando. ¿Por qué no darles cuerda?... La verdad es que estaba un poco cansado de tanta pintura en blanco y negro a m i alrededor, tanta tristeza y tanto San Juan de la Cruz y Santa Teresa... Rea!icé sobre la marcha unos pequeños dibujos y compré una tarjeta postal con su reproducción.
Pasó el tiempo y a finales de 1973 me topé con aquellos dibujos y con la postal. Fue un día, al igual que muchos otros, que andaba por el estudio como un león enjaulado, tratando de ordenar las ideas y la aglomeración de objetos, como hasta hoy, y dándole vueltas al qué hacer.
Pintar algo que te haga respirar, sonreír... ¿Y si también nosotros estuviésemos esperando a que «nos den cuerda»?
Comencé con unos dibujos, seguidos de pasteles y serigrafías. Más tarde, ¿por qué no?, me animé a pintar al óleo."¡Hacía tanto tiempo!,desde 1965. Y así estuve una temporada, jugueteando con la postal. De esa manera surgió la serie « La fertilidad de la Alegoría» . En total unos 160 trabajos. Hasta que llegué a unos óleos muy esquemáticos y ahí, paré. El parón dura hasta hoy.
Cuando ahora tropiezo en el estudio con alguna obra de esta serie, no comprendo muy bien cómo salió así.
Manuel Calvo Abad